Qué significa Namasté

Qué significa namasté

¿No sabes qué significa namasté? En el caso de que seas una persona que tiene cierta curiosidad por el mundo del yoga o de la meditación, o incluso por mera casualidad, es probable que hayas escuchado en más de una ocasión la expresión namasté. Esta palabra que utilizan sobre todo los instructores de yoga es algo que esconde un significado bastante interesante, y aquí te lo vamos a explicar. Vamos a enseñarte el significado de namasté.

La presencia de esta palabra es algo bastante habitual en los contextos que hemos indicado ya, aunque, dado su significado, es algo que está íntimamente ligado con el espiritualismo e incluso se acerca a la filosofía. De procedencia asiática, es precisamente indagando en esta cultura y en sus creencias donde se encuentra con más frecuencia esta expresión.

Utilizada en castellano como una expresión totalmente ajena a nuestro idioma, y en ocasiones bastante específicas, vamos a adentrarnos en su significado para, poco a poco, explorar su concepción y poder entender mejor tanto el término como todo lo que le rodea. No es un vocablo que venga de una lengua latina, de ahí su gran diferencia con cualquier expresión española.

Para saber cuál es el significado de namasté , debemos partir de la idea de que es una palabra que consta de dos raíces, que son precisamente las que le dan el sentido que tiene. La primera de ellas es “namas”, un sustantivo que procede de la raíz “nam” y que significa “reverenciar” o “inclinarse” en castellano. Algunas interpretaciones también lo adaptan como “saludar”, de hecho esta es la significación con la que nos vamos a quedar.

La otra raíz de la palabra es el pronombre “te”, uno que se traduce al castellano de forma similar al pronombre que tenemos en nuestro idioma, “a ti”.

Teniendo estas dos piezas, el rompecabezas queda resuelto, teniendo como resultado una expresión que se traduce en nuestro idioma como “te saludo”, aunque también es válida la interpretación “me inclino ante ti”. En ambos casos, hablamos de algo que se utiliza como saludo, de ahí que se escuche con tanta frecuencia en las sesiones de meditación o de yoga, ya que es la expresión que usan los instructores para saludar a aquellas personas con las que comparten velada antes de dejarse llevar por la relajación y la concentración.

Otra posible interpretación es la que se le da a través de la perspectiva del budismo, y es que la raíz “namas” también puede interpretarse como “nada de mí” en castellano, dándole un matiz bastante diferente a la palabra. Su traducción, en ese caso, sería algo así como “nada de mí ante ti”, confiriéndole un tono espiritual mucho más profundo que el que tiene con el significado más tradicional y extendido.

La expresión namasté procede del idioma sánscrito, la lengua clásica de la India. Es una de las lenguas que se hablaban en gran parte de la región nepalí y de la india; de hecho, muchos practicantes del hinduismo la consideran como algo sagrado.

Las personas que usaban esta palabra originalmente, además de recitarla, juntaban las manos delante del pecho mientras la pronunciaban tanto en situaciones de despedida como de encuentro. Por tanto, ya en su origen era una construcción utilizada como saludo, aunque también se empleaba para pedir o para agradecer algo.

Si hay algo que ha permanecido de forma subyacente en el término namasté desde su origen es su carácter respetuoso. Cuando una persona repite esta palabra mientras realiza el gesto que la acompaña, está haciendo una muestra de respeto hacia quien lo dirige, una señal inequívoca de cortesía.

Volviendo a la interpretación budista, también se utiliza esta palabra como una muestra de humildad en su máximo esplendor hacia el receptor del mensaje. Según el budismo, decir esta palabra de forma totalmente sincera, desde lo que denominan como autenticidad del alma, es sinónimo de crear una conexión entre dos personas, el emisor y el receptor, que va mucho más allá de roles sociales o de intereses. Es algo completamente genuino y sincero.

Puede que no se use con ese sentido totalmente en mente, pero sí es cierto que su empleo como saludo es algo bastante frecuente en las sesiones de yoga que cualquier persona puede hacer con auténticos profesionales. Pasa a convertirse en algo muy frecuente entre alumnos e instructores, un mensaje de respeto que no debe faltar para que todo transcurra con la fluidez y naturalidad que debe a la hora de llevar a cabo estas prácticas.